Por Marina Franco
CIUDAD DE MÉXICO — Hace cinco años, la comunidad maya de Guatemala, uno de los
La determinación del sistema judicial parece muy diferente cuando se trata de miembros de las comunidades indígenas: esta semana se anunció que el caso contra el activista Abelino Chuub Caal, maya q’eqchii
Para la relatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas,
“Hay racismo y discriminación estructurales que aún imperan en temas de educación, salud, acceso a justicia, y el poder está muy concentrado, tanto en términos económicos como
Tauli-Corpuz, del pueblo kankana-ey igorot, está íntimamente familiarizada con esa criminalización que acusa: tras su defensa de comunidades indígenas en su Filipinas natal fue
Antes de la presentación de su informe, Tauli-Corpuz habló con The New York Times en Español sobre lo que halló en su visita a Guatemala. (La conversación ha sido ligeramente editada y resumida).
¿Qué vio durante esta visita?
La situación para las personas indígenas aquí de verdad es muy mala, muy muy preocupante, porque hay tantos temas pendientes… Desde 1996, cuando se firmaron los acuerdos de paz, que
No se respeta la tenencia de tierras, entonces muchos se encuentran desplazados por intereses de empresas globales. Es una situación muy preocupante también en términos de la pobreza; la tasa para estas comunidades está entre el 70 y el 90 por ciento. Algunos integrantes de estos pueblos son acusados penalmente de robo u otros cargos fabricados solo por encabezar protestas contra proyectos hidroeléctricos en sus tierras o contra la expansión de cultivos de aceite de palma que contaminan sus ríos.
¿Cuál considera que es la vulnerabilidad más apremiante?
Creo que estas violaciones burdas de sus derechos a sus tierras y el tema del acceso desigual a la justicia, que promueve que esas violaciones continúen. Y eso sin mencionar la pobreza o la malnutrición crónica, que son altísimas.
Sin embargo, no hay leyes que los acompañen para atender esto o remediarlo. O los programas: cuando los hay, son inadecuados.
¿En qué sentido?
Estando aquí me reuní con la Procuraduría de los Derechos Humanos, que tiene a un defensor de pueblos indígenas, y también con la Comisión Presidencial de Diálogo y con la Comisión Presidencial Contra la Discriminación y el Racismo contra los Pueblos Indígenas, cuyos integrantes incluyen a personas indígenas. También con la Secretaría de Pueblos Indígenas de la corte suprema. Entonces no es que no existan las instituciones —aunque varias son muy recientes—, sino que sus mismos integrantes me dicen que no tienen ni el financiamiento ni el personal suficientes.
Justamente el año pasado se pospuso la discusión de
Ese es otro problema inmenso. Muchas personas indígenas no hablan español y eso les dificulta aún más presentar casos o denuncias, encima de que es algo muy complicado porque hay pocos tribunales accesibles desde áreas rurales. Además, los jueces y procuradores no entienden muchas cuestiones de la justicia indígena, por lo que incluso llegan a criminalizar a quienes la aplican.
Hay casos pendientes incluso de personas desplazadas durante la guerra civil que no han podido regresar a sus territorios. Hablé con sobrevivientes de los genocidios y todavía padecen esto. Y la corrupción y la impunidad, en conjunto, también afectan directamente a las personas indígenas, porque han permitido que los jueces avalen cargos penales contra quienes protestan o que den visto bueno a las órdenes de expulsión forzada de sus tierras.
¿No vio algún cambio sustancial en comparación con las visitas previas de otros relatores?
Eso es lo más desafortunado. Cuando [Rodolfo] Stavenhagen visitó en 2001,
Algunas personas con las que hablé mencionaron en esta tercera visita que la situación no solo se ha mantenido igual, sino que ha empeorado, sobre todo porque consideran que las políticas contra este despojo de tierras indígenas son muy débiles.
¿Cómo cree que esta situación se compara con la de otros países de América Latina y del mundo?
En Guatemala siento que es particularmente terrible la situación porque los indígenas son la mayoría de la población y aun así enfrentan todos estos problemas. Por ejemplo, en otros países que
Realmente deberían tener estos derechos que les corresponden y deberían estar en un plano más equitativo, pero no lo están. Creo que eso es lo que más me sorprendió de Guatemala. No digo que sea el peor caso; hay situaciones de tenencia de tierras peores en otros países. Pero en Brasil, por ejemplo, por lo menos hay recursos más claros.
A su consideración, ¿qué ha hecho el gobierno, además de invitarla a realizar esta visita?
Le agradezco al gobierno que me haya extendido la invitación, porque eso me permite ver más de cerca los temas pendientes para estas personas. Sin embargo, lo que vi es de suma preocupación.
La principal razón es que no hay una voluntad política para proteger los derechos y reconocer estos derechos de tenencia de las tierras y de sus recursos; la mayoría de las personas en el poder son ladinos y no tienen interés en velar por esos temas. Además los terratenientes son tan poderosos que incluso ignoran o hacen de lado medidas impulsadas desde el poder judicial.
Hay un caso contra una hidroeléctrica en Alta Verapaz que llegó a la Corte de Constitucionalidad. Esta declaró que, como no se consultó a las comunidades, como debe suceder, debía
¿Qué espera que se haga al respecto, ahora que presente su informe?
Sin duda el gobierno tiene que hacer una revisión de cómo ha implementado los acuerdos de paz y hacer un mejor esfuerzo. Recomendaría y exhortaría al gobierno a respetar más las intenciones de los acuerdos, que deben realmente implementarse y de manera efectiva, con un fortalecimiento de las instituciones creadas a partir de lo estipulado.
Otra recomendación es trabajar para ponerle fin a las expulsiones y a la criminalización de personas indígenas. Asegurarse de que sean consultadas como es debido y que se obtenga su consentimiento antes de avalar proyectos en sus comunidades, ya sean mineros o de plantas hidroeléctricas o de cultivo de aceite de palma. Como mínimo debe hacer negociaciones previas de buena fe. Y en los casos donde no ha habido estas consultas, las personas merecen justicia a cambio.
Guatemala ha estado a la delantera en términos de reconocer los derechos indígenas a nivel internacional; impulsó incluso la creación de la relatoría que encabezo. El problema es que la implementación de esos temas a nivel doméstico es paupérrima.
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